La Anel impulsó y acompañó la liquidación de haberes mediante el trabajo del personal propio, como otro beneficio derivado de la Ley de Autarquía Financiera del Poder Legislativo. Gracias a ello, desde 2008 podemos percibir nuestros salarios el primer día hábil de cada mes, sin depender de decisiones de otros Poderes del Estado.